Por Carolina Martín.
La adolescencia, aquella etapa de la vida en la que nadie nos entiende, en la que queremos vivir la vida pero no sabemos cómo, en la que soñamos despiertos, en la que vivimos cada momento con tanta intensidad que nadie sabe cómo nos sentimos, en la que amamos locamente y en la que no nos dejamos amar tanto por los que antes habíamos amado.
Se podría decir que es una etapa en la que nos sentimos incomprendidos, pero cuando encontramos a alguien que nos aporta la confianza que nos falta, nos aferramos tanto a ella que tememos miedo de decepcionarle, fallarle e incluso perderle.
Desde mi punto de vista, esta película de 109 minutos refleja perfectamente todo lo que un adolescente vive, desde la importancia que le damos a la apariencia, hasta los sentimientos tan distintos que sufrimos cada uno de nosotros. Muestra las vivencias con nuestros amigos, los quebraderos de cabeza que sufrimos por parte de nuestros padres y profesores, y la búsqueda del deseado amor eterno. En fin, es una película de la adolescencia en estado puro.
Supongo que sentirse incomprendido es en ocasiones frustrante, pero no se preocupen, la cura a esta enfermedad que es la adolescencia, es simplemente el tiempo. Como consejo, les digo que hasta que ese momento llegue, hay que disfrutarla 😉
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